Cariño, que recuerdo que fue anoche yo te extrañé tantísimo que me dolían todos mis nervios y desaparecía poquito a poquito mi alma, sin embargo que estuve chupándome a lamerte cada piel de tú. Pues encontré que todos tus pieles como habían estado combinados por millones gotas del aire, me seguí siendo tu respiración que me metería en mis orejas sin escrúpulos igual que millones de insectos que se gateando dentro mi mente profunda. Mientras de besarnos por dos lenguas húmedas enloqueciendo que cada mi hueso empezó a ser encadenado forzosamente, por fin terminó una felicidad del dolores con un forcejeo en vano. Yo sabía bastante bien que no puedo verte ahora mismo, pero el que me podré hacer para nosotros es voy acostumbrándome existiendo con muchísima confianza y paciencia, quizás estaría muchas ilusiones en nuestro camino enamorado, pero estemos seguros que nos hemos tenido que apoyarnos en todas situaciones confundidas, ¿no? Todas las mañanas en Tianjin, me enfrentaba en mis formaciones con unas ilusiones que llenan tus sonrisas y una buena actitud más optimista para que me traigan más pasión a continuar un trabajo perfecto, sino con tantos sueños. ¡Te fascina, mi amor Dulcilla, muchísimas gracias por teníamos tanto días que merecen apreciación y vendrán muchos años que para ganar felicidades!